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4ª CARTA: MÁS SOBRE QUÉ ES EL HUMANISMO (Y 3)
Querido amigo:
Con mis dos cartas anteriores he intentado reflejar las ideas básicas del concepto de humanismo, con la pretensión de establecer una base de partida. Pero creo que merece la pena profundizar un poco más, y lo iré haciendo a lo largo de las cartas sucesivas.
Te decía en la primera de ellas que no te ocultaba el presupuesto del que parto para escribir estas cartas: el humanismo cristiano. Pues bien, es el momento de concretar las notas que lo definen y diferencian de otros humanismos.
1ª. Frente a los que acusan al cristianismo de ocuparse solo de la vida del más allá y despreciar las realidades temporales, el humanismo cristiano manifiesta su solicitud por el hombre y la preocupación por todo lo humano mediante tres convicciones:
Que el Dios creador del hombre no se desentiende de él ni del mundo en que vive (San Pablo: “ahora vemos como en un espejo…”; S. Agustín: “…creando y sustentando…”; Santo Tomás: “conocimiento de la dignidad del hombre”).
Que el hombre es el destinatario del amor de Dios (“Dios es amor”, “amarás a tu prójimo…”, “cuantas veces lo hicisteis con uno de tus hermanos…”, “el que no ama a su hermano al que ve…”).
Que Cristo, el Hijo de Dios, se encarnó, fue crucificado y resucitó para redimir al hombre ( Gaudium et spes: “el hombre todo entero, cuerpo y alma, corazón y conciencia, inteligencia y voluntad”)
2ª. La defensa del hombre y de su libertad, ha tenido un indiscutible protagonista histórico: el pensamiento cristiano. Por hacer solamente una cita de dos testimonios: uno, los teólogos españoles del siglo de oro (Escuela de Salamanca) crearon un sistema de derechos naturales (hoy derechos humanos) fundado en la naturaleza del hombre; y otro, el Concilio Vaticano II y su documento Gaudium et Spes en el que se describe la vida económico-social, la comunidad política, los derechos humanos, las libertades formales y las reales. En el siglo XX hubo un campeón de la defensa de los derechos del hombre que fue Juan Pablo II.
3ª. El humanismo cristiano defiende el equilibrio entre los derechos del hombre y las obligaciones que se derivan de la convivencia y de la consecución del bien común, que implica que el orden social deba subordinarse al bien de las personas.
4ª. El humanismo cristiano defiende la igualdad ante la ley frente a las desigualdades reales, lo que implica la conciliación entre la libertad y la igualdad mediante la creación de un clima de lucha por la igualdad de oportunidades, la preservación del esfuerzo, el riesgo, la responsabilidad personal y el derecho a vivir la propia aventura personal.
Soy consciente, querido amigo, de que cada una de las notas anteriores es susceptible de un desarrollo más profundo. Ten paciencia. Lo iré haciendo.
Creo que las notas que acabo de enumerar te servirán para que, sin mucho esfuerzo, puedas identificar, valorar y calificar las posturas y tomas de posición que, ante los problemas políticos y sociales de nuestro tiempo, adoptan no solo las organizaciones políticas, sino también las sociales: grupos de presión y mediáticos, sindicatos y empresarios, asociaciones y fundaciones, ONGs, y demás integrantes de la sociedad civil. A lo largo de estas cartas lo iremos viendo.
En la próxima te hablaré de algunos humanistas, para retomar más adelante y seguir profundizando en el concepto de humanismo.
Recibe un cordial saludo.
Fernando Díez Moreno
Vicepresidente de la Fundación Tomás Moro[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]